Reseñas
Fuimos a almorzar. Es un lugar pintoresco, que recuerda un pequeño patio andaluz. El trato del camarero que nos tocó fue muy bueno, muy amable en todo momento. Pedimos un par de ensaladillas de atún que estaban normales, nada especial, y dos paellas de marisco, normales tirando a regulares, ya que tenían poco gusto las hago mejor yo y no soy profesional. Por lo que veo, es el lugar típico para visitantes extranjeros, ya que la comida no es nada del otro mundo y los precios tiran a un poco caros. Eso sí, la atención bastante buena.
Con mi familia fuimos a cenar en esta cafeteria abierta desde la manana hasta la noche y ubicada en pleno centro de Sevilla con mesas internas y tambien al abierto en un hermoso patio con linda vista. Nos sentamos en una mesa al abierto. Comimos paella con vegetales y pulpo a la gallega y tomate con ventresca el pulpo y el tomate me gusto pero la paella no me gusto aun si todo era abundante. Personal que acercandose el horario del cierre queria velocizar todo pero en general fue cordial competente gentil servicio rapidissimo y precios muy baratos
Los montaditos y la ensaladilla de pulpo es lo único decente que hemos probado. Creo que el solomillo al whisky es el peor que he probado en toda mi vida, 4€ por dos filetes con 3 rodajas de patata cocida y una salsa “al whisky” que no tenía ni ajo. El vino de naranja 2,20€ la copa, me parece un abuso para lo malo que estaba, parecía que lo hubieran aguado. No volvería
Bar de tapas con una pequeña terraza estilo andaluz con macetas colgando.cerca de la catedral. Destacar el buen hacer y amabilidad del camarero con una banderita cubana ycon mucho arte y amabilidad. Nos sirvio super bien. Tapas varias, montaditos variados, hay que ir un poco pronto o no tendras sitio...como todos. Precios normales . Recomendable.
Estuve desayunando y tanto los croissant dulces como los salados estaban buenísimos, el café también era bueno y lo mejor la simpatía de las camareras, súper atentas y amables. Volvería mañana si pudiese, respecto al desayuno, muy rico. Respecto a almuerzo o cena, no puedo opinar.Comida: 5/5
La terraza llama la atención. Solo he tomado algo por lo que no puedo valorar el sabor de la comida pero la pinta es de comida para turista ;
Fui con mi pareja para probar lugares nuevos. Llegamos sobre las 11 y preguntamos si quedaba tiempo para que cerrara cocina, nos dijeron que sí, sin lugar a dudas. Al sentarnos y pedir la bebida, vino una camarera y nos dijo que teníamos que pedir ya que la cocina cerraba en 20 minutos. Muy absurdo. Luego la comida... de todo lo que pedimos, los montaditos eran lo más aceptable; la tortilla de patatas muy seca, con más huevo que patatas, con una ensalada ya aliñada sin entender por qué. El pisto regular, los montaditos bien aunque algo secos. Las patatas con ali-oli asquerosas, parece que llevaban tiempo congeladas. Las patatas con pique regulares, tenían demasiadas especias en mi opinión. El ambiente era bonito. Acompaña una estufa para el frío, que se agradece. En pocas palabras, un sitio muy poco recomendable y claramente destinado a turistas que desconocen los buenos bares de Sevilla.
Es un sitio perfecto para comer cenar y pasárselo bien, trato familiar!! Vendremos más veces! Merece la pena, lo recomiendo. Inolvidable, gracias por todo el servicio.
Todo muy mal. Antes de entrar preguntamos si faltaba mucho para que cerraran la cocina a los que nos dijeron que quedaba bastante. Nos sentamos y a los 10 min llega el encargado a decir que teníamos que pedir ya porque la cocina cerraba en 20min. Apurados por él y la camarera pedimos apresurados, cosa que se me hace fea. Luego la comida regular...
Toda una experiencia, desde el ambiente, la comida hasta la atención de Carmen y Pepe. Hemos pasado un excelente rato en familia. La comida, simplemente deliciosa, empezamos con una sangría y un mojito para arrancar con buen pie, hemos probado las tapas de solomillo al whisky, las carrilleras en salsa y han estado espectaculares. Luego compartimos la paella de vegetales, la paella negra con alioli, el pulpo a la gallega y quedamos sorprendidos con el sabor. Para terminar el cheesecake con limón y la tarta de zanahoria con nueces, sinceramente, no podíamos cerrar de mejor forma. A pesar de que la comida estuvo deliciosa, para nosotros destacó el buen ambiente y la atención personalizada de Carmen casualmente la hija de Lolita, no la del restaurante, pero es cierto muy maja. Con una atención de esta calidad, dan ganas de volver. Y para prueba un selfie.