Granja Viader

Muy buenos los churros con chocolate pero no le doy las 5 estrellas porque el precio me pareció algo caro en general,también compré una botella de horchata de chufa para llevar y era cara para la relación calidad precio que tenía... las he tomado de mejores y a mejor precio. La granja muy bonita eso si, hace ilusión ver que aún se pueden encontrar sitios así de los de toda la vida con tantos años de antigüedad en Barcelona.

Granja cafetería casera de verdad. El mejor flan, la mejor nata, la mejor crema catalana, bikinis... Toda la carta está deliciosa y se nota la calidad.No ha variado en años. A veces suele llenarse de turistas. Pero a primera hora de la mañana se está muy tranquilo.

Lo que más me llamó la atención fue el lugar, es precioso, vintage. Luego, pedimos café con leche y chocolate con churros. Los churros más ricos que he probado en Barcelona, el precio un poquito más elevado que la media pero me pareció acorde a la calidad. Recomiendo y pienso volver pronto

Impresionante el chocolate a la taza en un lugar emblemático, acogedor y lleno de mucha historia. Trato excepcional. Consejo: si no quieres azúcar en los churros avisa cuando hagas el pedido.

Es una granja de toda la vida y que mantiene su esencia. Son especialistas en productos lácticos, la nata está muy buena aunque le falta un poco de azúcar pero se le puede añadir. Es curioso porque tienen una parada con venta de quesos, embutidos, yogures... También tienen tartas de queso, mató, leche merengada... Sin duda uno de mis sitios favoritos para merenda en Barcelona.

Excelente atención! Servicio rápido, amables, y excelente calidad. Pedimos dos chocolates calientes 4 euros cada uno, chocolate bien espeso, muy rico, 1 porción de churros 2 euros, deliciosos! y una porción de melindros 2 euros. Para los argentinos tiene forma de vainillas pero tiene gusto a bizcochuelo / pionono. Además el lugar tiene mucho encanto. Visita obligada!

La granja es un tradicional establecimiento de barcelona, su mobiliario antiguo habla de ello… Yo fui expresamente por churros y chocolate caliente, y quede contenta. . Sobre todo con el chocolate caliente con nata estaba delicioso, ya que la nata es artesanal. Opiniones extras 1. Buena atención al cliente 2. Lugar limpio 3. Mesas en el interior del local para degustar 4. 5. ‍ Local a pie de calle, accesible y sin escalones.

Los autóctonos que hemos crecido con un Cacaolat bajo el brazo no podemos dejar de pasar la oportunidad de visitar esta granja auténtica, de 1870, de las que pocas quedan, pues en su obrador se elaboró por primera vez el mismo. Sin embargo, la excelencia sublime es la nata casera. Saber que son ya 5 generaciones las que regentan el local y que el proceso de elaboración de la mayoría de los productos es artesanal, es una maravilla. Y saber que, como digo, si eres autóctono, que tus abuelos o padres realizaban el mismo recorrido para comprar nata o requesón y disfrutaban como tú, es pura nostalgia. Todo excelente con mayúsculas. Cantidades adecuadas. Servicio atento y educado. En pleno casco antiguo de la ciudad... En fin, todo en uno! Lástima que hay personas que, y lo comprendo, solo van por hacerse el selfie de turno e indicar reseñas que no se ajustan a la realidad, pues realmente no son conscientes de lo que significó y significa un establecimiento así para la ciudad y la comunidad. Ojalá podamos disfrutar, como mínimo, 5 generaciones más.

En una de las calles más estrechas y cortas de Barcelona, en dirección al Raval, se sitúa esta legendaria cafetería con casi 150 años. Superando los obstáculos de cada época y la presión de la competencia por parte de las innovadoras corrientes gastronómicas y las nuevas tendencias culturales culinarias,donde ofrecen una alternativa a los clásicos desayunos o meriendas, esta cafetería ha logrado permanecer a lo largo de los años,ofreciendo una calidad más que notable, tanto en el servicio y las diferentes propuestas en carta. Decorada con una diversidad de cuadros, principalmente de la trayectoria familiar del negocio, este museo y monumento al desayuno clásico catalán, sigue siendo un referente en la ciudad, ofreciendo suculentos desayunos que abarcan desde un buen chocolate a la taza con nata, hasta una variedad de bocadillos servidos en la misma charcutería que tiene el establecimiento. También cuentan con un Obrador donde pasteurizan la propia leche fresca que ofrecen cada día en los cafés. El personal también parece en la mayoría de ellos, que han acompañado durante décadas este establecimiento. Sin lugar a dudas un sitio de visita obligada donde merece la pena estar para tomar un buen desayuno o una buena merienda.

Encantada de los establecimientos que no se desaparecen y con 150 años de antiguedad conservan la esencia y la calidad. Vale la pena a cualquier hora un chocolate como los de antes.