Reseñas
Pedí una ración de churros y un suizo, seguramente no pediría un chocolate solo algo amargo para mi gusto. Servicio eficiente y correcto, aunque eché de menos el trato cercano con el cliente. Entiendo el volumen de trabajo que hay, pero apenas me miraron a la cara cuando fui a pagar.
El chocolate está muy bueno si te gusta negro y sin exceso de azúcar. Los churros están bien y la ensaimada muy tierna. Resulta un poco caro. Desayuno de 10€ que para un dia especial paseando por Barcelona puede ser un buen plan
Para mi gusto falta un dulzor más potente en el chocolate caliente. No sabe a dulce, es un sabor muy suave. Los churros son muy bien freídos y sequitos, con un poco de azúcar que ayudan un pelin el paladar dulce, pero aún así falta chicha. El atendimiento es muy correcto.
Es el sitio típico de Barcelona para comer chocolate con churros. También hacen el chocolate suizo, con nata casera. El local siempre está lleno y el ambiente y la decoración es como de antes, conservando la esencia de la historia del local. El servicio es rápido y el chocolate está muy bueno, es puro. Ideal para ir a merendar.
Muy bueno, la espectacular. Se puede pedir un plato a parte y el chocolate muy negro y son demasiado azúcar. Los churros y bollería muy buenos también. Mejor ir entre semana, el fin de semana hay bastante cola.
Granja de toda la vida donde sirven un delicioso chocolate con churros, entre otras cosas. Los sábados por la tarde suele haber cola para entrar. Respetan la distancia de seguridad entre mesas.
Churrería en el centro histórico de Barcelona. En Navidades siempre está llena y suele haber cola pero la verdad es que va bastante rápida. Toca esperar pero no tanto como uno se puede esperar. ℹ Es una de las churrerías famosas de Barcelona y pues si están bien pero para nada son los mejores además no son baratos del todo. Aún así es parada obligatoria cuando das una vuelta por el centro viendo las luces navideñas. Os dejo fotografía de los churros y de la cuenta.
Sitio demasiado cargado de turistas! No es un lugar cómodo para disfrutar “tranquilo”” de una buena taza de chocolate. El mismo bullicio de gente te obliga a tomarte las cosas muy rápido para ceder mesa a otras personas, aparte que el ambiente está tan cargado que uno no está cómodo, solamente es para vivir la pequeña experiencia de probar el clásico del centro de Barcelona, pero no es un lugar para disfrutar de la comodidad y tranquilidad que pueden ofrecer otros.
La Granja La Pallaresa, en la conocida y tradicional calle de Petritxol de Barcelona, calle también conocida por sus galerías de arte. Situada en un local acogedor, con aires de tiempos pasados, ofrece gran calidad en sus productos. Desde el año 1947, es reconocida por su apetecible chocolate suizo, de poco dulzor y color oscuro, con sus consabidos churros. Son afamados también su arroz con leche, su crema catalana, el menjar blanc, los melindros o bizcochos de soletilla, entre la amplia carta con la que cuenta. Atendida por un servicio amable y agradable, y que en momentos de gran demanda por parte del público, se esfuerza por atender y contentar a todos. Un lugar de obligada y reconfortante visita junto a la Plaça del Pi en Barcelona.
Un clásico en la calle Petritxol esta granja-chocolatería forma parte inequívoca de la historia barcelonesa. La proximidad a la Iglesia del Pino y a las reliquias góticas de la ciudad son la mejor invitación para un alto en el camino. Obligada la degustación del “suizo”, guiño popular para esconder una pasión por la pastelería donde la nata y el chocolate se funden en animada compañía donde mojar las deliciosas ensaimadas o los populares churros que, por ser casi siempre fríos, dejan mucho que desear si se compara con mejores acompañamientos.