Reseñas
La recepción del sitio está bien porque es lo único que se ve. La comida está buena y no hay nada raro en lo que comimos y aunque empecé usando los cubiertos al final terminas usando las manos para comer. El servicio que nos lo dio Cristina también fue muy correcto. Para volver a probar más platos otro día.
Experiencia divertidísima a la par que sirve para concienciar de lo que supone hacer algo tan esencial como comer sin poder ver. La camarera hizo un trabajo genial, con un trato maravilloso y un muy buen sentido del humor. Sin duda lo peor es el precio. Incluso con descuento es imposible justificar esa comida a ese precio. Menú degustación corto en cuanto a platos sin ningún ingrediente extraordinario que haga bueno ese precio.
Más que una cena, es una experiencia que te hará disfrutar del gusto, del olfato. Todo es muy agradable, la acogida y el buen hacer de Cristina. Una camarera muy simpática que además se convierte en tu guía. Merece la pena disfrutar de la experiencia con amigos y conocer un poco más esta realidad. La comida correcta y rica, los vinos buenos, adivinar que te estás comiendo, divertido. Quizás puede resultar caro, pero es una iniciativa muy interesante y con mucho trabajo detrás. No te la pierdas.
No te plantees esto como un restaurante al que venir a cenar y ya está. Esto es una experiencia que hay que disfrutar de principio a fin, la comida muy buena, por cierto es solo la excusa. Teniendo esto claro, ven con amigos, familia o alguien especial. Vais a salir todos encantados y lo vais a recordar siempre. Por cierto, a nosotros nos atendió Cristina, y creo que pocas veces me he topado con una camarera tan simpática en mi vida.
La experiencia fue increíble, evidentemente siempre que no te de miedo experimentar con la comida y ponerte en la piel de otros. La comida estuvo muy buena y jugar a adivinar sabores de los platos, del vino, del postre... Fue muy divertido. Cristina, fue nuestra camarera, estuvo muy simpática y nos hizo sentir muy acompañados enmedio de la oscuridad. Muy recomendable, una experiencia para ser vivida y contada.
Brutal sin palabras, nunca he tenido tantos sentidos, emociones....... Cristina un ejemplo a seguir una magnífica y maravillosa persona, Bea una atención espectacular, gracias por hacer tan fácil una experiencia inolvidable.
Una experiencia totalmente diferente que te sorprende al descubrir lo diferente que se perciben los sabores cuando no puedes ver previamente tu plato. Buena comida acompañada de un trato excelente y muy profesional por parte de las camareras, amabilísimas y simpáticas, que a su vez te hacen de guía durante toda la experiencia. 100% recomendado.
Aunque acudí al restaurante con muchas reservas, la experiencia ha sido impactante y estupenda. De la mano de la maravillosa voz de Cristina, nuestra camarera, he descubierto matices, texturas y detalle de sabores que de otra manera hubieran pasado desapercibidos. Ha sido una experiencia gratamente asombrosa y muy divertida.
Cómo experiencia estuvo bien, son bastante agradables tanto la recepcionista como las camareras, estas son todas invidentes. Pero la comida, elegimos el menú comiendo con los sentidos, no me resultó de buena calidad, eramos un grupo de 14, pusieron menús diferentes y a algunos les pareció rica y a otros de no buena calidad. Lo pasamos bien.
Una experiencia única y distinta. Se come completamente a oscuras. Al principio es intrigante pero en seguida te acostumbras. Si tienes claustrofobia o algo parecido puede dar algo de ansiedad, mejor saberlo. La comida estupenda y el trato muy amable. El único "pero" ha sido que teníamos reservado el día del gran diluvio y no nos han dejado anular a las 4 de la tarde para cenar a las 10. Lo teníamos pagado ya y queríamos cambiar el día, no recuperar el dinero. Lo veo un poco estricto pero es lo que hay. El resto todo bien ;