Restaurante Arrayán

El restaurante tiene un GRAN potencial. La comida que es lo principal, está buena, un buen producto bien tratado. A destacar el carpaccio de carabinero. El restaurante es muy bonito, está cuidado y hay un buen ambiente. Tiene detalles que dan un plus, tanto en los aseos como en la mantelería. Aún así, conociendo la hostelería, hay algunos detalles fáciles de corregir que harían de la experiencia un 10. Como crítica constructiva diríamos que: - Necesitan un jefe de sala, las camareras son muy junior y no tienen marcado ni un protocolo ni un orden. A pesar de su simpatía, creo que sería más fácil si de las 9 mesas que hay, se las repartieran en 3 cada una y así cada mesa tendría su camarero definido, ellas recordarían cuando deben reponer el agua, cuando deben recoger o los platos que han solicitado los clientes. Además de indicarles la importancia de llevar el pelo recogido o mantener correctamente el uniforme. - Otro punto es la carta, es un folio impreso que no está a la altura del restaurante y su decoración. Además de que hay platos fuertes dentro de la sección de entrantes y no se entiende bien. - Por último, el plato utilizado para servir en solomillo, no es nada funcional. Ya que no hay sitio material para poder cortar la carne y faltaba un cuchillo de sierra, nos dejaron el de mantequilla. Mi puntuación sería de un 7,5 sobre 10.

Ha sido toda una experiencia descubrir este acogedor restaurante. Todo esta cuidado al detalle. El servicio, la presentación de los platos, la atención. Un lugar muy acogedor en el que disfrutamos unos platos exquisitos en un ambiente muy agradable. Sin duda repetiremos

Restaurante especialmente acogedor, detalles muy cuidados, el ambiente y el servicio exquisito. Los platos muy ricos y bien elaborados. El chef, salió a saludar y fue encantador. Recomendamos sin duda este estupendo lugar donde comer de maravilla

12 sobre 10 Genial espacio gastronómico que divide un local decorado en la parte superior menú degustación como si fuese un salón de un hogar, con cierto aire inglés. Y planta baja carta y cocktelería decorada con espejos y cristales que hacen que haya un ambiente especial. No conocía el restaurante pero Javier Cabrera y su equipo ofrecen una experiencia digna de experimentar. Platos de sabores equilibrados con resultados sorprendentes y visualmente muy atractivos. El personal de sala es muy atento y hace que siempre te sientas atendido y a gusto como en casa. Muy recomendable.

Hemos disfrutado mucho nuestra visita. El solomillo no defrauda y nos hemos llevado una grata sorpresa con la tarta fina de manzana. Servicio atento y diligente, decoración del local muy cuidada. Mención especial a las obras que se exponen del pintor M. Domingo, solo por verlas ya merece la pena el haber ido.Comida: 5/5

Solo tienen dos menús, 60 y 90€, bajo mi punto de vista muy caros, asequibles porque fuimos con oferta de 50%. El servicio muy amable y el ambiente tranquilo. Los vinos altísimos de precio y en general todas las bebidas botella de agua 5€. Cobran 5€ por el servicio que consiste en un panecillo, unas gotas de aceite y un pequeño trozo de mantequilla. Sobrevalorado.

El día 1 de noviembre comí con unas amigas. El trato por parte de una de las personas fue brusco, nada más entrar. El cuarto de baño estaba descuidado, sin toallas de papel o tela para secarse las manos. El arroz con bogavante, sin bogavante, con langostinos, pero el precio era el mismo, el arroz pasado. Lo mejor la tarta de manzana

La carne es fabulosa. El servicio es amable pero le falta entrenamiento formal y conocimiento de la Carta. Cuya presentación desmerece un poco. El ambiente es sumamente agradable y cálido, con unas acertadas pinturas muy impresonantes.Comida: 5/5

Comida rica especialmente su pollo a la villaroy y su tarta de manzana, ambos espectaculares, buen ambiente y trato del personal exquisito, tanto del dueño como del resto de camareros. Sin embargo es muy difícil justificar el precio del menú 90 euros más servicio y bebidas ni siquiera con el descuento del 50% solo en menú del que disfrutamos. La calidad, cantidad o técnica de los platos no justifica ese precio, más propio de un estrella Michelín, al que por desgracia aún no se acerca. Hasta aquí podría ser una opinión personal más, pero hay un hecho que me gustaría constatar. Al comenzar el menú preguntaron sobre alergias o intolerancias, y avisé de una intolerancia. En uno de los platos que sirvieron del total de 10 que componían el menú, al aparecer dicho ingrediente, lo cambiaron sin el menor problema. Hasta aquí perfecto, pero es que tras dicho plato llegaron hasta 3 más con el mismo ingrediente, que también me sirvieron, sin informar de que contenía dicho ingrediente. Por suerte o por sospecha, pregunté en los 3 casos, y los 3 platos fueron devueltos. Me comentaron que al estar sirviendo el menú largo, no disponían de más alternativas para servirme, pero que lo subsanarían con mayor cantidad en el resto de platos. Cosa que, desafortunadamente, no sucedió. Con ello, del total de los 10 platos pude disfrutar de 7 solamente. Al final del servicio me comentaron que podrían compensarme con un café a cuenta de la casa, cosa que obviamente no compensa en absoluto. No puedo quejare por el menú del restaurante, pues el que yo tenga una intolerancia es problema mío. Pero me pareció un poco irresponsable que aún habiendo avisado, se me sirvieran esos 3 platos. Si no hubiese preguntado, seguramente ayer habría tenido bastantes problemas si llego a comer los platos... En resumen, creo que es un restaurante con muchas posibilidades, pero que si pretenden ser referente en la escena madrileña, les queda aún bastante recorrido por delante. Desafortunadamente no puedo recomendarlo, independientemente de mi problema específico con el menú del que disfrutamos.

Me ha encantado. Existe la opción de menú básico o ampliado. Me decanté por el primero y espectacular: platos elaborados, productos de calidad y presentación muy cuidada. Nos encantó el ajo blanco, el sushi y especialmente la tarta de manzana. La atención fue excelente y nos asesoraron muy bien en la elección del vino. Un local muy tranquilo, exclusivo y elegante.