Reseñas
Salgo decepcionado. Un lugar con historia, con decoración "atemporal", sus pequeñas mesas y sillas de madera incómodas, sus azulejos, su madera en el suelo...pues eso es todo. Estar en un sitio con historia, que bien se puede visitar tomando un par de vermouts muy ricos. La comida normal había varios platos en carta que luego no estaban disponibles y cara, el servicio amable pero algo lento, y el local pequeño e posible de disfrutar por la incomodidad y la sonoridad. Sinceramente nada que destacar.
Taberna con azulejos toledanos cuyos platos recomendables fueron los pimientos rellenos y sus deliciosas albóndigas. Su vajilla francesa es variada y de segunda mano No pidan postre, no tienen carta para ellos y son extremadamente caros trozo tarta con IVA 9 euros. Servicio muyyyy lento, quizà poco personal para mucha mesa llena. Estuvo bien pero no repetiremos. Demasiado caro
La decoración muy bonita. El servicio rapidísimo. ¡La comida muy rica! Los ingredientes se veían que muy buena calidad y muy bien tratados también. ¡Nos gustó!
La comida buenísimo como siempre. Los callos y las albóndigas están muy bien hechos ya que sus salsas respectivas le dan un sabor muy bueno. La verdura con huevo y patata sorprendente. Un plato sencillo pero a la vez muy sabroso gracias al toque de ajo. El tatín lo sirven caliente y parece como si estuvieras en Francia. Destaca el lugar por la mezcla de vaijlla y cubertería que le da un toque retro afrancesado pero de tasca española. El pan muy bueno, del día y te ponen un aperitivo casero cuando llegas.
La segunda taberna más antigua de Madrid. Puedes encontrar una variedad de vinos y platillos típicos de la zona. De manera general sirven paté, aceitunas y pann caliente como cortesía, lo cual basta con ser acompañado de un vino para ser el.motivo de visita. Los plaltillos son muy de la región y pueden encontrar deliciosas albóndigas o una croquetas con chistorra que desearas no se acaben nunca. Excelente para una reunión con amigos, o una velada romántica, definitivamente no recomendable para 8r con niños. Los precio son un 3 en la escala del 1 al 5, siendo 5 algo como los precios que esperas en un 3 estrellas Michelin. No pierdan la oportunidad de visitar este agradable lugar en su próxima visita a España, y si quieren más información sobre que hacer o que comer en su proximo viaje, no olviden seguirme. Saludos.
Over 150 years and 75 or so recipes, Taberna La Carmencita is a landmark, an ode to the culinary richness of Madrid. A favorite spot of great poets and bohemians will seduce you like no other. I can only hope to taste every dish in the menu, so far they have all been simply amazing. Con más de 150 años y unas 75 recetas, Taberna La Carmencita es un referente, una oda a la riqueza culinaria de Madrid. Un lugar favorito de grandes poetas y bohemios te seducirá como ningún otro. Solo puedo esperar probar cada plato en el menú, hasta ahora todos han sido simplemente increíbles.
Comida de calidad con origen cántabro. Estuvimos cuatro personas y pedimos, dos entrantes que fueron ensalada de pimientos y anchoas y croquetas de chistorra, muy ricos. Y de plato único pedimos principalmente pescado muy recomendables, que fueron unos lomitos de merluza, rape y pescado de roca del día "san martin", y pimientos rellenos de ternera. Los postres estaban muy buenos, sobre todo el tatín de manzana y la tarta de queso.
Taberna preciosa, castiza, una de las tabernas más antiguas de Madrid. Si quieres sentirte como si viajaras en el tiempo al auténtico Madrid, este es el sitio para hacerlo. La comida casera y tradicional muy buena. Algo caro pero merece la pena conocerlo.
Es un lugar castizo pero bien cuidado. El personal es muy atento. Sin embargo, aunque la comida está buena, no deja de ser estándar para el precio tan caro que tiene. Mi amigo y yo hemos comido por la friolera de 41€ por persona con un entrante, dos principales y dos cocacolas. Bastante exagerado. Es una pena, porque no volveré por el precio.
Si fuéramos turistas sin Duda habríamos entrado en este local. Tiene aspecto castizo, muy bonito, con esa madera en l fachada, la barra de estaño, los azulejos, los camareros con mandiles… todo bonito y autentico en cuanto a aspecto. Nuestra experiencia, bueno pues nos dejo algo decepcionaditos. El trato fue algo brusco, el personal estaba a sus conversaciones y parecía que molestara atender. Esa sensación nos dio toda la estancia. El resto de mesas eran extranjeros, con los que apenas mediaban un gesto ni palabras amables.Mirada baja y cierta brusquedad o automatismo. No se como describirlo bien. Pedimos unos huevos con morcilla y patatas fritas y bueno… poner en Madrid 6 patatas fritas con dos huevos fritos pues, un poco descompensado. Tuvimos que racionarlas!!. Que pena. La ensaladilla pues normalita tirando a floja. Una pena porque es precioso el sitio.