Reseñas
Bar acogedor con algunas raciones y platos para comer. Realizan catas de vinos y eventos.
El vino rico y distinto y el local agradable. Para mi un único "pero": la persona que supongo que es el dueño y nos atendió. Me parece una gran labor la de aconsejar vinos pero hay que ser un poco más humilde y evitar ciertos comentarios despectivos hacia la clientela. Sin duda volveré porque me encanta probar vinos distintos y porque me gustaría quitarme este sabor agridulce que me dejó.
Me encantó. Creo que es uno de los bares que más merecen la pena actualmente en Madrid. Fui por el cumpleaños de mi hermano pero estoy deseando volver para asistir a alguna de las jamm de poesía o relatos que organizan todas las semanas. Además, tienen una amplia carta de cervezas y de vinos que junto al ambiente literario que envuelve el sitio confieren a este bar un toque distinto. Si estáis por la zona pasaos. No os defraudará
La camarera de hoy, no tienes ni idea, se escusa en cualquier cosa, contesta de mala manera, en resumen una mal educada. El servicio deja mucho que desear. En cuanto al producto, buena calidad, pero escaso y sirven fatal. Las croquetas estaban congeladas. Espero que sea sólo un problema puntual porque el local me agrada y tengo las intención de volver y comprobar si estoy o no equivocado.
Me pareció un sitio con un ambiente muy agradable, y el camarero que nos atendió nos hizo una buena recomendación de vinos, además que fue muy amable. El precio estaba muy bien además. Lo único malo que le veo es que tuvieron que apagar muy pronto la música por quejas de los vecinos, pero parece que eso es un tema recurrente.
Tras dos meses desayunando sus tostadas "sin gluten", cual es mi sorpresa al observar que meten el pan sin gluten en el mismo tostador que el resto y usan el mismo cuchillo para partir el pan. Tras comentarles que esto no se hace así y que se pueden llevar a alguien por delante, parece que les da igual ya que siguen ofreciéndolo. Una pena, ya que el sitio está muy chulo y las camareras son muy majas. Si tienes intolerancia o alergia al gluten, ni se te ocurra comer nada aquí.
Una excelente iniciativa en el corazón del barrio de Chueca. Accesible a todos los bolsillos, mucho más que una tienda de vinos. Todos los viernes por sólo 10 euros puedes degustar tres vinos diferentes, con una explicación de sus notas de cata y un maridaje abundante y de buena calidad. En la ocasión de mi visita eran vinos naturales, ecológicos y se maridó con salteado de setas, cecina y foie. El sitio es acogedor y la atención es excelente. La calidad de la comida con la que se marida es sorprendentemente buena si tenemos en cuenta el precio de la cata.
Ideal para conocer vinos y tomar una ración. La comida es exquisita!! Delicatessen 100%. La única pega es que no hay mesas y sillas. Son taburetes y mesas altas con cajones. Por eso es idóneo para picotear y ya.
Lugar acogedor con una magnífica carta de vinos. Imprescindible para los aficionados al buen Vermú. No perderse su cocido madrileño ni su rabo de toro, sencillamente delicioso. A lovely place, with a superb wine list. It´s a must-visit place for all the lovers of Vermouth. Don´t miss out their typical madrilian dishes, you´ll enjoy the experience!
Hoy fui a comer el menú del día. Fue una experiencia religiosa. De primero unas judías pintas estofadas con verduras, caseras, de puchero, como a mí me gustan. De segundo redondo de ternera con patatas fritas de acompañamiento y una salsa regando todo por encima que le he tenido que preguntar al cocinero de qué era. "Puerro, zanahoria, no sé cuántas más verduras y Pedro Ximenez" Exquisita. De bebida, cómo no, un buen vino. Me dejé aconsejar por el que parecía el sumiller del local. "Un vino de Madrid, por favor". Y aquí los tienen, y muy buenos. No quise postre ni café. No soy de esos. Cuando como bien en un lugar, y ya estoy saciado, prefiero un licorcito, para rebajar. Suelo tomar un orujo de hierbas, lo más típico, pero vi tan buena carta de whiskys que me decanté por un laphroaig con hielo. Delicioso.