Reseñas
Hacía ya un buen tiempo que no pisábamos este local y volvimos recientemente por estar alejado del mundanal ruido de los alrededores y ser asequible. El sitio sigue más o menos con sus mismas raciones, los famosos tomates verdes fritos, las empanadas chilenas, etc... Lo que ha bajado mucho es la atención del personal. La chica que nos atendió con desgana, algo borde y como si fuese un favor el que te hacía atendiéndote. Las raciones más o menos igual aunque escasas para el precio que tienen, aunque este es un mal endémico en esta ciudad.
Comida casera elaborada con mucho cariño, no sabría con que quedarme: los tomates verdes fritos buenísimos, el salmorejo exquisito...muy fan del cocido!! Postres deliciosos. Gran selección de vinos y cerveza muy bien tirada. Tiene sala dentro y terraza.
Buen sitio para tomar una cerveza fría en la terraza viendo pasar a la gente del barrio y observando la vida en Lavapiés. Ponen aperitivos originales. La carta para comer tiene buena pinta yo sólo tome una cerveza. La camarera es muy amable y está muy pendiente. Hay también carta de Gin tónic.
De los mejores menús que he probado de la zona. Comida bastante rica, buena cantidad y en la terracita disfrutando del sol, un lujo. El postre de naranja con azúcar y aceite de oliva me ha encantado por la mezcla de sabores. Volveremos a probar los famosos tomates verdes fritos que dan nombre al bar :
Horrible! Fui este verano con mi pareja, pedimos unas croquetas “caseras” y eran congeladas de las malas y además venían congeladas por dentro también pedimos un solomillo de cerdo que no era solomillo si no filetes, por lo que pagamos los dos vinos y nos fuimos sin comer. El servicio malísimo, Vergonzoso todo
Este lugar ha debido de cambiar de dueño o de dirección porque antes merecía la pena. Estuve con un grupo grande y creo la situación superó a las camareras y la cocina. No tenían los vinos de la carta que pedíamos y se empeñaron en que probásemos el de la casa que era un horror. Lo devolvimos y pedimos uno de los que tenían a la vista en los estantes, que no en la carta. Craso error, era de 2010 a punto de picarse. Después de esto, mi acompañante y yo decidimos abandonar el lugar y allí dejamos al resto de comensales a merced de los platos que saliesen de la cocina que, por lo que comentaron al día siguiente, siguieron con el desastre iniciado con las bebidas. Terrible. No creo que vuelva.
Pedimos cañas y sin explicar por qué al cabo de un rato nos dieron a elegir entre botellín o tercio. Las tostas bien de precio, pero con un tamaño un poco justo. No tienen aire acondicionado, aunque los ventiladores se agradecen. La atención bastante buena.
Engañados. Ayer estuvimos en este establecimiento y decidimos comer algo. Optamos por una ración de jamón ibérico de bellota que venía en la carta y nos sacaron un plato de jamón serrano envasado. Pedimos explicaciones y tras intentar convencernos de que era ibérico de bellota, finalmente confesaron que no lo era pero que era lo único que tenían. Obviamente les avisamos que no pagariamos el precio que ponía en la carta. Nuestra sorpresa fue mayúscula cuando vimos que lo único que hicieron fue descontar 4 euros. 18 euros por un plato de jamón serrano envasado es una vergüenza. Es una pena que este tipo de prácticas sigan realizándose.
Fui en Enero de 2019...a día 8 de Junio todavía sigo esperando las setas que os pedí... Imagino que habréis ido a la Pedriza y David el Gnomo os habrá puesto cualquier problema en la caza de dichas setas cualquier otra excusa no me sirve. Supongo que los tomates verdes fritos son vuestra especialidad y lo servís antes mi especialidad son las reseñas... Hooooli... La camerera me llamo la atención por llamarle chiquitina.... Le dije que las opciones eran chiquitina u operaria... Tras pensárselo brevemente no le pareció tan mal y a día de hoy es muy feliz. Por otra parte, el bar se encuentra en una cuesta, y cada vez que dejaba mi consumición en la mesa, esta rodaba hasta el museo Reina Sofia. Tuve que bajar hasta 17 veces al museo.Un saludo a David el Gnomo.
Frito por los tomates verdes: Caro y mala atención al cliente, se negaron a cambiarme los tomates verdes fritos, a pesar de mi alergia al picante llevan tabasco y no avisan Paseando con un amigo ayer por la noche, dimos con la terraza de este agradable local. Pedimos algo de beber y el plato estrella: tomates verdes fritos. Nos los trajeron cubiertos con una salsa que parecía queso fundido, pero que quemaba al meterla en la boca. Pensé que, simplemente, estaban calientes, pero coño, cómo quemaban! Le pregunté al camarero si la salsa llevaba algún tipo de especia, pues soy alérgico a algunas especias y al picante en general me salen úlceras en la boca y en la lengua. Después de preguntar al cocinero, me dijo que, en efecto, llevaban Tabasco. Le hablé de mi problema de alergia y le pregunté si me los podrían preparar sin salsa. Me respondió que a sus clientes les gustan así y que, si tenía problemas de alergia, tenía que haberlo preguntado antes de pedir. Le dije que era esto no era posible, pues en el menú solo figura ‘tomates verdes fritos’ y no hay nada que indique que el plato traiga nada más que eso, tomates verdes y fritos -Igual que cuando uno pide una paella, no espera que el arroz venga cubierto de salsa picante- Y ahí quedó la cosa, el camarero no ofreció solución alguna y los tomates se quedaron encima de la mesa. Se los terminó comiendo todos mi amigo para ser justos, tengo que decir que a él le gustaron. Después de un rato, pagamos la cuenta y volví a hablar con el camarero. Le dije que perdonara mi insistencia pero que creía que debían advertir este y otro tipo de ingredientes en el menú para personas con problemas de alergias. Él se limitó a debatir, con palabras correctas pero con actitud sarcástica, repitiendo los mismos argumentos de antes, y en ningún momento se disculpó. Así que me fui de allí sin probar la comida, frustrado y con la sensación de no ser escuchado. Y hoy me he levantado con la boca llena de llagas. Una experiencia como para no volver...