Tragatapas

No esperábamos gran cosa de una franquicia de este estilo, pero la experiencia fue si cabe, mucho peor de lo imaginable. Es lo que tiene pecar de no planificar dónde comer y entrar en cualquier sitio, en el centro, a última hora. La climatización del local era inexistente, lo que obligaba a los clientes a permanecer en el interior con el abrigo puesto. No se podía pagar con tarjeta. No quedaban la mitad de los platos de la carta: calamares, croquetas, gazpacho, pizza... nos sirvieron muy tarde todos los platos, uno de ellos, en concreto, el mollete de Antequera, fue de los últimos en llegar y como puede apreciarse en las fotos, era pan de hamburguesa de supermercado, sin avisar previamente, como es obvio, cabría esperar en un restaurante serio, dando al cliente la opción de elegir. No contentos con eso, nos trajeron el pan, que pedimos para acompañar "las tapas" después de los bocadillos, un auténtico sinsentido constante. El plato de huevos rotos, era una especia de amalgama de patatas recalentadas de no se sabe cuándo, coronadas por una bola almidonada de algo semejante en aspecto, al jamón serrano. Cuando debido al descontento, transmitimos nuestras inquietudes al camarero, su única respuesta fue decirnos que él trabajaba en el restaurante no sabemos a qué se refería, si existe otro salón contiguo o del mismo propietario y que sólo había acudido ese día de apoyo, lo que en ningún caso justifica la tardanza, el servicio y la escasísima calidad de los platos. A todo ello habría que sumarle que durante nuestra extenuante espera, del orden de 5 a 10 personas entraron en el local y al no ser siquiera atendidos se marcharon, no lo saben pero salieron ganando. En fin, para no repetir jamás.

El sitio está más o menos. La bebida es barata pero lo desquitan en la comida. Las tapas son MUY caras para lo que te ponen. Una ración pequeña de calamares a 7€, una mini tortilla de patata a 7,50€. Vamos, que si vas a beber está muy bien, pero para tapear no lo recomendaría. Por otro lado, la atención deja bastante qué desear, no son muy atentos.

Lugar de tapas enfocado a turistas, servicio muuuuuuy lento, tardaron mas de media hora en traernos la comida, el de la carta no había la mitad de los platos. El pulpo era de varias piezas, unos trozos duros y otros blandos, las patatas recalentadas. El calamar seco y sin sal. Los huevos rotos horribles. Sitio para clientes paracaidas, caes ahí y no vuelves Precios asequibles, pero bastante que desear la calidad de la comida.

Trato nulo, pedimos hasta en cinco ocasiones la carta de tapas y nos contestan diciéndonos que nos la traen ahora mismo, la carta de tapas no termina de llegar nunca. No entendemos esa dejadez ya que no hay casi gente en el local. ¡Nada recomendable!

Agradable local de tapas y muy economico tiene dias de promociones es amplio y limpio esta muy bien ubicado y exelente atencion

Enhorabuena a el camarero Javier, nos ha tratado genial, le hemos observado y lleva todo el bar solo, se encarga de servir y limpiar mesas, trabaja muy eficiente, nos ha tratado muy amablemente y con alguna broma que nos ha echo reír, enhorabuena Javier por tu buen trabajo, volveremos por ti

No entiendo la razón para usar los colores de la bandera Argentina para un negocio de comida española, pero hay que decir que funciona, la combinación de colores en paredes y uniforme del personal azul celeste y blancohacen que el lugar de vea limpio y relajante. Buenas tapas y refrescantes tragos todo a excelentes precios y fresco. Lo que no me gusta es que te manden al húmedo sótano que no es agradable y está muy encerrado.

Es el típico bar de tapeo y de cañas para ir con los colegas, con comida y servicio bastante normalitos. Es del estilo de La Sureña, solo que tiene mucha más variedad en cuanto a las raciones. Nosotros siempre que vamos pedimos el “matahambre” y la verdad es que sales bastante lleno por muy buen precio.

La comida genial y los precios muy accesibles, pedimos y cubo de cervezas con un plato de boquerones y luego huevos rotos. Tiene mesas afuera donde se puede disfrutar de la noche. Es muy concurrido así que si querés estar afuera hay que esperar pero vale la pena

Local situado en una zona muy céntrica y bien situada. El trato es cercano y amable por parte del dueño. Un lugar sin ser pretencioso ni nada del otro mundo pero que para tomarse unas cervezas y unas tapas sencillas cumple perfectamente. Apto para ir con niños por su semejanza a otras cadenas más conocidas pero más naturales. Al estar tan bien ubicado te salva para cenar sin tener que hacer un gran desembolso.