Reseñas
Hemos tardado en descubrirlo, ya que llevan desde 1867 frente al restaurante más antiguo del mundo. El personal es el que quieres ver en madrid, las cañas de Mahou bien tiradas y un vermut de la casa muy bueno. Probamos poca cosa pero la carta de tapas tiene un pinta espectacular. Estoy deseando volver a Madrid para volver a Ricla. Y probar el Atún
Bodega histórica que mantiene su precioso diseño antiguo en plena zona turística. Una oferta de tapas muy limitada no hay cocina pero muy rica en quesos, embutidos y conservas. El personal sigue siendo de lo más amable, pero los precios ya son del siglo XXI.
Singular local, casi un museo que exhibe un sinfín de botellas y piezas desde que se fundó en 1865. Precioso lugar. A destacar sus encurtidos, callos y unas albóndigas caseras que quitan el sentido. El local es muy pequeño por lo que hay que tener suerte para coger sitio. El servicio muy atento.
Un lugar auténtico de verdad. Calidad y amabilidad absolutas, un lujo encontrar sitios así. No lo conocía aunque me lo habían recomendado, desde ahora, será de visita obligada en mis paseos por el centro. Lo que más me ha gustado es que solo aceptan efectivo. Resistir ante la presión de los bancos y las empresas de pagos electrónicos tiene mucho mérito en estos tiempos.
Ya la atención q brinda Emilio merece las 5 estrellas! La madre q cocina como los dioses las albóndigas!!!, el hermano también súper atento. Todo esto, más cada tapa y plato las aceitunas gordal!!! q sirven hacen q sea una experiencia para volver y volver. Una fiesta de historia, sabores y vermuts de grifo que te dejan con una sonrisa. Salud!
Taberna típica con diseño rústico, pequeñita pero familiar, te tratan como si te conocieran de toda la vida. Comimos una tapa de bacalao desalao en aceite y pan con tomate que estaba ESPECTACULAR!!! Unos callos que se te saltaban las lágrimas de lo buenos que estaban, creo son con diferencia los mejores que he probado y unas albóndigas que casi se salían del plato la Sra. Ana la cocinera un amor de mujer. Y los camareros creo, hijos de la Sr. Ana super amables y atentos! Nos llevamos un muy buen recuerdo de esa pequeña taberna de Madrid. Volveremos sin dudarlo!!!
Bodega con encanto. Los dueños muy atentos y Ana, la madre, una cocinera excelente. Albóndigas, callos, judones...todo riquísimo.
Bar de los mas antiguos de Madrid, merece verlo por dentro, muy pintoresco. Uno de los mejores vermut de grifo del centro. Pequeño pero con mucha rotación. También tiene unas cuantas mesas altas en la acera. Con la consumición ponen embutido. La tapa del día suele ser un guiso, muy recomendable.
No entiendo nada. La parte interior incluyendo la barra reservado para comer o cenar. Menuda taberna/bodega donde no puedes disfrutar de unas cañas en la barra y esto es post covid porque antes no estaba así. No se puede pagar con tarjeta "desde 1867", para esto no hace falta ponerse al día y ya se han preocupado en hacértelo saber forrando todas las mesas altas de la terraza con todas las normas de la Comunidad de Madrid en el ámbito de terrazas. Una pena porque el local es interesante y en general la experiencia no es agradable.
Bonito sitio, buen vermuth y ricas las albóndigas con setas. No obstante, me parece desproporcionado una tapa con 3 albóndigas 10€. Una vez y ya.