Reseñas
Un restaurante pequeño, acogedor y encantador. Tienen algunas mesas en un patio interior que parecía agradable a pesar del calor del verano. Atentos en todo momento y muy profesionales. Probé un gazpacho exquisito. Salmón con verduritas. De postre una espuma de natillas que nos recomendó el camarero y que te pone en el cielo directamente. Otro día en vez de compartirla pedimos dos.
La segunda vez en este lugar muy acogida . Comida fantástica y trato correcto . Debería conocer más gente este restaurante . El cochinillo mejor que he comido en Segovia .
De los pocos sitios “como en casa “que aún quedan en madrid. Pilar, dueña y Maitre es maravillosa. Personalmente elige los mejores productos a diario para ofrecer la mejor calidad a sus clientes . Muy íntimo y acogedor. El servicio impecable , y la calidad suprema. No puedo poner absolutamente ni media pega, comería en este restaurante todos los días de la semana. A los que os animéis, esta complicadete aparcar, espero pronto pongan servicio de aparcacoches .
Restaurante agradable, pequeño, con pocas mesas. La comida pasable tirando para buena. Nada superior. El trato bueno un poco frío. Por lo demás lo recomendable
Comida 2 personas un sábado. Vivo cerca y siempre me ha llamado la atención la carta y me ha generado mucha curiosidad este local ya que solo ves una mesa y unas escaleras. Llegamos y bajamos a la planta inferior donde se encuentra el restaurante, a lo largo de un pasillo, y una barra. Nos sentamos y aparece un pan tostadito con mantequilla. Vuela. Un problema con los tiempos: la carta llegó pronto pero los especiales no nos los cantaron hasta después de haber decidido lo que queríamos. También el aperitivo de la casa muy bueno apareció 20 minutos después de sentarnos. El primer plato que pedimos tardó 40 minutos en aparecer. Tristeza infinita al saber que no hay el plato que llevo viendo en la carta del exterior y por el cual siempre he querido venir: chipirones en su tinta rellenos de sus patas, jamón y huevo. Pimientos rojos de "cuatro morros" asados en leña de encina, servidos con aceite de oliva virgen y escamas de sal. Maravilla de pimientos. Un sabor increíble, seguramente los mejores pimientos que he comido en mi vida. Imprescindibles. Alubias con hongos de temporada. Es el plato estrella del local y no tenemos muy buena suerte pues el día está super desapacible frío y lluvia, lo que ha hecho que todo el mundo pida cuchara. Consiguen sacarnos una media ración que aparece en dos cuenquitos. El potaje está como par lamer el cuenco, la cacerola y todas las cucharas que hayan tenido contacto con él. Brutal. Entendí el enfado de un señor sentado en una mesa cercana que venía expresamente a comer eso y ya se reviró al saber que no era posible. Ojo, que le sacaron el poco caldo del guiso que quedaba para intentar disipar su enfado. Merluza del cantábrico a la parrilla con verduritas salteadas. Plato de acompañante y señor orquestador de la reserva. Cochinillo asado a baja temperatura y dorado al horno, servido con la piel crujiente y chutney de frutas de temporada. Es muy duro llegar a un sitio donde sabes qué quieres pedir desde el día que colgaron la carta en su exterior y que no esté disponible. Ya como que no quieres comer nada. Descarto pescados al no llamarme en exceso la atención y decido entre cochinillo y lechazo. Pensar en su piel crujiente fue lo que desempató rápidamente, y no decepcionó para nada. Piel magnífica, carne muy jugosa, caldito del asado muy bueno. Pedimos la carta de postres y ninguno nos terminó de convencer aunque ojo esas tablas de quesos por lo que ¡la cuenta por favor!. 84,5€ en total muy llenos, todo muy disfrutado, calidades muy altas en los productos catados. Homenajillo recomendable.
De vez en cuando hay amigos caritativos que me liberan de la cocina, como ayer. Celebrabamos un par de cumpleaños y nos sorprendieron llevándonos a un restaurante familiar en pleno barrio de Salamanca. Los dueños la familia Pedrosa llevan 35 años dedicados a la restauración en un pueblo de Palencia, tienen un hotelito y restaurante "Estrella del bajo Carrión" en Villoldo al que por cierto fuimos. Ya haré la reseña. Comida casera de temporada con una presentación moderna y carta variada. Hemos quedado muy contentos tanto por la calidad como por la atención recibida. Os recomiendo el restaurante
Sitio muy tranquilo y todo exquisito
Pequeños y comodo lugar con gran calidad y respeto por el producto! Muy buena carta de vinos y servicio serio y profesional
Gran restaurante. Comimos verduras para entrar y muy ricas. Son amables y los platos salen con la rapidez justa , calidad-precio un pelín caro, pero hay que tener en cuenta que estamos en calle Lagasca...Comida: 4/5
Extraordinaria comida. Todo estaba perfecto. Servicio muy correcto.Comida: 5/5