Reseñas
Lugar muy acogedor, y con una decoración muy pintoresca. Me sentí como si estuviera en casa de mis abuelos, y por lo menos a mí las dos persona que nos atendieron nos trataron casi igual. Sitio para tomar buenos batidos, cafés y cócteles. Recomiendo sin dudarlo la tarta de zanahoria, ya que es la mejor que he probado en mucho tiempo. Aviso por si quieres visitarlo, traer efectivo y ser pacientes las cosas tardan pero están espectaculares.
Nos quedamos a tomar un batido de frambuesas y tarta de zanahoria, buenísimo. Además el lugar te anima a charlar tranquilamente, muy acogedor con salitas donde puedes descansar y contemplar los objetos que tienen colgados en la pared. La atención fue excelente, le puedes pedir consejo al camarero que seguro que acierta, Gracias
Si hay un lugar con amor en Madrid, ese es el Café Ajenjo. Más de 20 años visitando cuando puedo uno de los lugares donde cuando entras crees que el tiempo se ha detenido. Disfrutas de sus bebidas y cafés tranquilamente y puedes jugar a algún juego como el dominó o el ajedrez aunque ahora con el COVID-19 han parado eso momentáneamente. La decoración es preciosa, con elementos vintage que te hacen viajar a otra época. Y lo mejor es la gente que trabaja allí, que siempre está dispuesta a charlar y hacerte sentir como en casa. Mi batido favorito... ¡el Ajenjo! ¿Para qué cambiar cuando es el mejor del mundo? Encontrarás el bar en una callejón perdido, al lado del metro de Bilbao o de San Bernardo. Si alguna vez estás en Madrid, ¡no dejes de visitar el Café Ajenjo!
Preciosa cafetería decorada con un gusto impecable que recuerda a épocas pasadas. Situada en pleno corazón del barrio Malasaña, es increíblemente tranquila, por lo cual es perfecta para disfrutar de una conversación amena y deleitarse con la música tan buena que suena y los postres y cafés tan deliciosos que se sirven. Definitivamente, un lugar para volver.
Es un sitio agradable, de otra época, con encanto y buena música. El café asiático muy bueno. Los dueños atentos yamablesServicio: 5/5
Es un café de los de antes, los llamados cafés literarios, para charlar, comentar una peli, un libro, o lo que sea. Su decoración es totalmente retro, recordando a nuestros abuelos y todo colocado con mimo y minuciosidad. El dueño te prepara los tes, cafés o bebidas que desees acompañados con tartas o pastitas en platos bonitos y clásicos. La música es un elemento más del ambiente del local, escuchas bonitas y cadentes voces de otras épocas, como salidas de la edad de oro de la radio y te pones sentimental. Ojalá se mantuvieran más cafés así.
Curioso lugar donde tomar muy buen café. Nos dejamos asesorar y tomé el mejor café que he probado con un toque de canela, naranja y leche merengada. Realmente merece la pena pasar por este café y disfrutar del lugar. Precio acorde con el la calidad del lugar.Comida: 5/5
Café decorado con gusto "a la antigua" y batidos magníficos. La calma vale la pena, creo que hasta tuestan sus propios cacahuetes, una maravilla para disfrutar del lugar y de los cócteles.
Mi cafetería favorita de todo Madrid. Para mí, el mejor café que he probado hasta ahora. El dueño siempre acierta con nuestros gustos y lo prepara todo genial.
Agradable y con una pátina antigua lleva abierto desde 1978. Es como los clásicos cafés de antes donde jugabas a algún juego de mesa mientras pasabas la noche con los amigos. De hecho tienen damas, ajedrez y 4 en línea. La música ambiente es estupenda. El café es verdaderamente bueno y las tartas son los clásicos bizcochos de toda la vida con rellenos chocolate, zanahoria, manzana.... El precio es un poco elevado en las bebidas un café cuesta 5€ pero creo que es adecuado porque puedes pasar allí un ratito largo y la calidad es muy buena. Prefiero pagar un café algo caro que esté bueno que uno más económico que no me diga nada. Las tartas cuestan alrededor de 4'50€ y son caseras 100%. Además abre hasta las 2 de la mañana. Sin duda volveremos.