Reseñas
La calidad de la comida es muy buena. Lo que es cierto es que la cantidad es escasa. Lo dicho, está bueno, pero es poco, desde mi punto de vista. Por lo que entiendo que no es un italiano al uso. El local te recuerda estar en cualquier restaurante de Roma, con mucho encanto. Los precios no son desorbitados, más o menos cada plato cuesta 15€ pero claro, tienes que tener en cuenta lo anterior que he puesto.
Un lugar con mucha historia que ha reabierto en este año 2022 con un nuevo dueño que ha mantenido su esencia, historia. La comida y los cócteles están muy buenos. Comida italiana con muy buen producto y mucho cariño, con algunos platos de toda la vida y los sabores de Italia. Un lugar para disfrutar y viajar en el tiempo. Enhorabuena por la reapertura de 2022.
Restaurante Italiano de muy buena calidad con muy buen servicio. Relación calidad precio muy buena pero relación cantidad precio. Es un MUST de los restaurantes italianos de Madrid que destaca por la calidad de los ingredientes llevados a lo mas tradicional de las recetas italianas su pasta carbonara es LA ORIGINAL acompañado de un buen servicio
Buen italiano en un local muy agradable de 1900, con un excelente servicio. Destacar la salsa de tomate, espectacular, merece la pena tomar algún plato con ella: provolone, pasta. Relación calidad-precio excelente.
Después de haber estado cerrado algún tiempo, la restauración del café ha sido simplemente deliciosa. Además del salón principal, cuenta con un pequeño salón anexo, un lugar magnífico para reuniones más privadas y actos de todo tipo. Recientemente organicé en ese espacio la presentación de un libro y fue extraordinario tanto el trato del personal de sala, camareros y responsables del café, como el entorno y la atmósfera que se creó. Un lugar elegante, con un gusto exquisto y lleno de historia,al tratarse del café más antiguo de la capital. Un 10 para un lugar mítico en Madrid.
Bien por la comida y el servicio. Las mesas excesivamente pequeñas para comer son más de desayunos, aperitivos y cosas así: fuimos dos y tuvimos que hacer algunos malabares con los platos. Muy mal el acceso a los aseos: con escaleras y el último tramo a oscuras. Un punto importante a revisar.
La comida estaba buena pero el servicio deja mucho que desear, éramos 6 personas, una de ellas pidió pizza y la trajeron cuando la mitad de nosotros ya habían terminado, la pasta rellena literal que eran 5 trozos, la foto es tal cual trajeron el plato, pedimos pan y tuvimos que recordarlo 3 veces. No repetiremos. Es una lástima porque el local está muy chulo.
Un local en pleno centro de Madrid precioso, con mucha historia, con mucho encanto que hay que conocer. Ahora bien, fuimos a tomar unas cañas y los vasos eran enormes para cuatro aceitunas casi literal que te ponen para acompañar unos vasos de cerveza claras bastante grandes. Aunque solo había en el local dos mesas ocupadas, que estaban ya servidas, tardaban bastante en venir a tomar nota quince minutos y tuvimos que ir a llamar a las camareras. Creo que esos detalles hay que cuidarlos mucho más. Decidimos al finar comer en otro sitio además las mesas nos parecían estrechas y poco cómodas para comer.
Es la primera vez que vuelvo a este café centenario madrileño, un clásico de Lavapiés, desde su reapertura. El local sigue teniendo el encanto de siempre, y ahora se ha reconvertido más en un restaurante que un café. Los precios, eso sí, se han incrementado bastante. Un cortado 2,20€
Sorprendente. Paseando por el barrio madrileño de Lavapiés no te imaginas que puedes encontrar este italiano con tanta historia y con tanto sabor. Nada que envidiarle a los italianos de moda de la capital. Tanto la carbonada, como la lasaña estaban exquisitas. Sin duda, los platos más buenos que he probado.