Reseñas
El sitio es genial , la comida esta muy buena a destacar que son platos con cantidades pequeñas . Generalmente llamar para reservar . Esta cerca de sol para darse un paseo. A destacar la ensaladilla y la tortilla . Los postres geniales . La zona del salón muy limpia . Los baños estaban un poco regular .
Estuvimos 4 días en Madrid y fué uno de los mejores sitios donde comimos y donde mejor nos atendieron. Excelente relación precio calidad, comimos diversas raciones, a cual mejor, y nos salió por 23€ por persona. Muy recomendable el bocatin de calamares.
Restaurante bueno, hemos cenado varios platos y muy bien, quizá lo que más me ha decepcionado han sido los huevos rotos con jamón y setas, me esperaba más de un sitio con este prestigio, las croquetas muy buenas, al igual que el salmón pero lo mejor ha sido el postre, me ha parecido muy bueno, una torrija muy jugosa. La atención ha sido buena, al principio nos ha parecido un poco seco el camarero, pero no ha sido así, conforme pasaba el tiempo se le ha visto más atento. El sitio es bonito, con buena terraza y con neptuno al lado, para repetir. Calidad precio me ha parecido bien.
Un magnífico lugar en pleno Paseo del Prado. Tapas de autor Paco Roncero, galardonado chef con precios contenidos. No os perdáis el bocatín de calamares, extraordinario ideal para hacer una parada en la ruta de los museos conn una cañita bien fría en la terraza para ver y ser vistos. Si queréis algo más potente haced como nosotros: reservad una mesa en el interior y obsequiaros con una entraña de ternera supremo, exquisito, un arroz de presa ibérica...Nosotros, con bebidas y comer hasta decir basta no pasamos de los 55€ por cabeza; bien, no?
Hemos disfrutado de una comida de tapas de calidad, con un punto innovación que vale la pena no perderse. Gambas de cristal que mejora al típico huevos rotos, steak tartar equilibrado, bravas a su estilo y un buena torrija que no os podéis perder. El servicio impecable, profesionales a los que poner un diez. Y la quinta estrella se la daré cuando el coulant realmente sea un coulant y no una magdalena de chocolate.
Sin más, no tiene una carta destacada, la comida bastante anodina y los precios son demasiado elevados para la calidad y cantidad ofertada. La decoración y comodidad del espacio tampoco destaca solo la ubicación es buena y tienen una terraza agrdable
Anoche estuvimos cenando en Estado Puro, en plena plaza de Neptuno. La cena fue francamente sorprendente, en general no me gusta hacerme la entendida en lo referido a gastronomía "moderna", pero en este caso la combinación de sabores, texturas y la reinvención de algunos clásicos españoles en general y madrileños en concreto me obliga a ello, jajaja. La terraza tiene mucho encanto, con las luces y los aspersores para el verano. La carta, que no es muy amplia, sí incita a querer probarlo todo. Nosotros nos decidimos por pedir varias tapas para compartir y probar diferentes platos: un bloody Mary de cereza con tartar de langostinos, steak tartar con helado de mostaza, tartar de salmón con mayonesa de kimchi, bocadillo de calamares y brioche de rabo de toro. De postre, torrija caramelizada con helado de coco. Mención aparte para esos fantásticos vermús y por supuesto para la atención de los camareros. Hacía tiempo que no me sorprendían tanto, gastronómicamente hablando. Ñam Para mí, lo mejor, el bloody mary y el steak tartar. Para mi acompañante, el tartar de salmón y el bocadillo de calamares. Y ambos coincidimos en que nos habríamos comido otra torrija más. Una cena muy divertida y diferente.
Buen sitio para disfrutar de comida a base de tapeo. No es que sean las más originales que he probado pero están francamente bien. Las patatas bravas son diferentes, están bien asadas y rellenas de la salsa brava que para mi gusto un poco falta de sabor y son una gota de alioli que hace que no se aprecie su sabor. Los huevos rotos son muy normales, acompañados de jamón y champiñones al ajillo pero quizá demasiada patata para el poco acompañamiento. Lo que sí está muy rico es el brioche de rabo de toro, el guiso del relleno está bueno y el pan está muy suave y equilibrado de sabor. El trato además es excepcional así que merece la pena volver para probar otras cosas. He vuelto una segunda vez, y la verdad es que pienso exactamente lo mismo, comida bastante normal a un precio algo elevado, con luces y sombras. De esta vez destacaría la ensaladilla de langostinos que estaba deliciosa y con muchos matices. Sin embargo el carpaccio de presa que nos han puesto no llega al aprobado para mi gusto, ausencia de aliño y sabor muy neutro para el precio del plato. Le pondría tres estrellas.
Sensacional. Una carta muy creativa y exquisita. El sabor de cada plato es una experiencia. La presentación de los platos es fabulosa y buen servicio. El lugar es muy agradable y si puedes sentarte en la terraza mejor que mejor. La única nota negativa: no tienen ninguna propuesta infantil ni tampoco en postres como pudiera ser unos simples helados de sabores.motivo de las 4 estrellas.
Para poner en la puerta Paco Roncero, la comida es demasiado sencilla. Bocadillo de calamares, caro y los calamares sin sustancia. Los huevos rotos con foie y jamón, al menos las patatas, ya que es el chef, podrian haberlas frito en el momento, no recalentarlas.