Reseñas
Lugar pequeño, pero acogedor. El servicio atento y rápido. Todo lo que probamos muy bueno, pero los precios no son de tapas, sino de media ración. Lo advierto para que nadie se lleve una sorpresa. Pero por lo demás está bien
Un lugar fantástico, servicio excelente y rápido, la comida muy buena, sabores originales muy acertados en cada plato tipo el allioli de pera con los buñuelos de bacalao. Pedimos varios platos y todo estaba buenísimo. Si volvemos a Sevilla volveremos a comer allí.
Recomiendo reservar para el salón de paredes de piedra, es más bonito que el resto de la sala. Para cenar tienen dos turnos, 20.30h y el de 22.00h. Mejor reservar, aunque sea el mismo día, se gestiona por teléfono. Servicio correcto, diría que algo seco. La calidad de algunos platos podría ser mejorable, pero el local, composición de los platos y la ubicación del restaurante son muy buenos, además de buena cantidad en formato tapa. Recomiendo especialmente el gazpacho de remolacha y los buñuelos con allioli de pera, la torrija la esperaba mejor. Las migas no tienen mucho sabor a migas tradicionales, pero están bien. Precio por persona: 20-25€.
La comida muy buena y el local es bonito y acogedor. La única queja es que pedimos un plato de chipirones con migas para 4 personas insistiendo en esto último y el plato solo vino con 3 chipirones : Por lo demás, un sitio muy recomendable.
Fui por una invitación en la que quedé encantada. Las indicaciones de Google son correctas. El lugar es algo pequeño pero le han sacado el máximo provecho, muy buena repartición de mesas. Reservad antes de ir, porque en mi invitación estaba nuestra mesa reservada y cuando llegué no había ni una mesa libre. Los platos desde los entrantes hasta los postres estaban deliciosos. Os aconsejo probar los buñuelos de bacalao con alioli de pera y el pollo cajun a las personas que no les guste el pescado como a mí, si probáis esos buñuelos con el alioli de pera, veréis que el contraste de sabor es pura delicia, apenas se nota, en los postres os aconsejo el sorbete y las torrijas. No me ha dado tiempo de probar todos los platos y los postres restantes, pero tengo una quedada pendiente. El personal, las chicas que nos atendieron fueron buenas, amables y serviciales.
El restaurante es rústico, limpio y cerca del centro. No es tan grande, pero el servicio de reservas está bien organizado. Dos turnos de comida, uno de 20:30 a 22 y otro de 22 a 23:30. Comida de buena calidad, pero menú no demasiado variado. No es una experiencia particularmente positiva dada la prisa por comer y las porciones que llegan en poco tiempo. Afortunatamente los camareros tenian prisa en recoger la mesa, para dejar sitio a los clientes posteriores. Comer en un lugar tan agradable y tranquilo debe ser un placer y todos deben poder disfrutar de la cena sin preocupaciones ni angustias. Por esta razón ha comprometido mis expectativas.
Sinceramente es un aciertazo, un local agradable, con unos camareros súper simpáticos. No hace falta más de 15-18 platos para tener un local de 10. Todo estaba buenísimo. Por fin después de muchos intentos pudimos reservar para almorzar.
Primera vez en este restaurante, que empieza por una entrada muy original con esa gran puerta azul, el restaurante esta en una calle que tienes que saber que esta alli, ya que no es una calle de paso. El interior bien, nos dejaron elegir entre 3 mesas y nos fuimos a la del fondo que estaba mas tranquila. El servicio de mesa...mal, aqui va mi primera queja, te ponen un paquetito de picos y te cobran 1.20 por un servicio de mesa de dos personas, y solo ponen un misero paquete de picos. La comida rica, pero demasiada cara para la cantidad que ponen. Las camareras simpaticas con un muy buen nivel de ingles y no me extraña porque el bar estaba lleno de extranjeros, creo que nosotros eramos los unicos españoles del bar. El resumen del restaurante es: poca cantidad para esos precios.
Pequeño local acogedor, con 8-10 mesas y 4-6 sitios para comer en la barra. Escondido tras una puerta azul que no aparenta ser la de un bar/restaurante. El trato ha sido muy atento y el servicio muy rápido y amable pese a tener todas las mesas ocupadas. Todas las tapas que hemos pedido estaban muy ricas y, aunque es una opinión, daba la impresión que era difícil fallar a la hora de elegir. Especialmente, los buñuelos de bacalao con el alioli de pera y el taco han destacado. El único "pero" es que las sillas altas de la barra resbalaban hacia abajo y tenía q apoyarme con la pared para no salirme. Buen sitio para quedar bien con una invitación.
Para mi parecer no se merece pagar el precio ni porque sea especial que es más de lo mismo ni mucho menos por la cantidad ni calidad de la comida. Creo que pagar por un chipirón a la plancha 6€ es un robo u 8,90€ por una tapa de solomillo que venían 6 trocitos no lo veo razonable. Lo mismo 1,20 por comensal por un bollito de pan ridículo. Lo siento pero no lo recomendaría en absoluto creo que hay sitios mejores a esos precios sin lugar a dudas.