Reseñas
Muy buen bar en pleno centro de Sevilla. Infinidad de variedad de tapas bastantes originales. Buena y rápida atención. Junto a un parque para niños. Buena calidad en general y precios aceptables.
Buen lugar para tomar una tapas, bastante bien elaboradas y a un precio bastante aceptables. El único punto a mejorar es la tardanza en servir las mesas, pero con solo dos camareros demasiado hacían los pobres.
Tras semana de lluvia, hoy el centro abarrotado. Hemos estado aquí y nos ha encantado. Mucha gente pero respuesta rápida y eficaz de los camareros. Buen equipo que resuelve en momentos de mucha bulla. Estupendo, y las croquetas de gambas al ajillo, espectaculares. Muy recomendable
Típica tasca para tomar unas cervezas y pedir algunas tapas. Está en un sitio privilegiado sobre todo si vas con niños puesto que tiene un parque infantil justo delante. Puedes tomar algo mientras los niños juegan y los tienes vigilados perfectamente. Pedimos unas bravas ricas y una tapa de pollo con salsa árabe que no estaba demasiado conseguida. La plaza donde se encuentra tiene encanto en el lateral de la iglesia de San Juan de la Palma, hay que fijarse en el azulejo del infierno. Es un sitio muy céntrico. Admisión de niños: Los niños pueden jugar libremente por la plazuela. Acceso para sillas de ruedas: La mayoría de las mesas se encuentran fuera en la plazuela.
Estaba todo muy bueno comimos una carrillada fabulosa y la camarera es súper simpática nos ha encantado volveremosComida: 5/5
Es un lugar muy agradable al solito y con un parque para los niños. Los mediodías de buena temperatura se llena y el servicio responde muy bien a pesar de la impaciencia que mostramos en ocasiones. Son rápidos y eficaces. Sobre la comida, lo que nos encantó fueron las croquetas de gambas al ajillo y el solomillo al whisky. Muy recomendable.
Hemos celebrado el cumple de mi hijo y todo genial. El servicio y la comida fenomenal. Todo el personal muy agradable. Sin duda, repetiremos.
Cosas buenas de este restaurante. -Localización, clima, gente, proximidad con puntos de interés, es céntrico. -Espacio del localno es excesivamente grande, pero está muy bien para juntar mesas dentro y fuera Mateo es una gran persona, un joven apasionado por su afición, que ya podemos darnos cuenta que no es la hostelería, pero ahí está el, dándolo todo, se nota también que es su primer trabajo, que necesitara el dinero. No le dan ninguna facilidad, la camarera de barra muy mal trato con el, no le explica nada, de mala manera todo, y si, hablo de la que tiene el pelo corto con cara de pocos amigos que no es nada amable. Cosas malas de este restaurante. -La tardanza, fue desesperante, tardaron mucho pero al final se comió todo, además venían los platos sin un orden coherente, calientes fríos y demás. - El precio: un surtido de pescado frito, 20 euros y venían 3 variedades, de mala manera, surtido de croqueta, 14 euros, te traían 8 croquetas, 6 de ellas no eran caseras, solo dos lo eran, las de puchero. El solomillo con foie traía dos guisantes de foie, poquísimo. Por lo demás todo bien, deberían mejorar esos aspectos, son feos y no volvería ni lo recomiendo, trato mejorable y tiempo de espera para nada aceptable
Llegamos a las 15 y pico y el lugar estaba repleto de gente. Pedimos mesa para 5 y eramos los "ultimos", pero cuando finalmente nos sentamos, sobre las 16, se presentaron dé improvisto 12 comensales más, entre niños y adultos. A pesar de todo, los equipos de mesa y cocina supieron enfrentar el reto y todo el mundo pudo comer y beber. ¡¡Muchas gracias por la atención, la resiliencia y la flexibilidad para poder atendernos. !! Admisión de niños: Justo enfrente hay un parque infantil gratuito para niños pequeños Acceso para sillas de ruedas: Acceso amplio y terrazas para acoger personas con movilidad reducida
Lugar con encanto. La comida espectacular. La carrillera al Pedro Ximénez exquisitas, los postres espectaculares. El trato de los camareros inmejorables, cómo Moisés y Gloria. Volveremos. Postdata; la mejor cerveza de Sevilla.