Reseñas
Súper recomendado! Organizé un evento privado en las Fernández y fue todo genial. Berta se encargó de que todos los detalles fueran cuidados, con un menù hecho a medida según mis necesidades y un trato muy cordial. Gracias de todo!
Pequeño restauran, con discreto cartel que anuncia su nombre , pero esconde de las mejores croquetas de jamon y cecina que puedas comer en Barcelona. Productos del Bierzo, con variedad de vinos de la región. Algunos Platos originales que posiblemente solo comas alli. Sugerencias fuera de carta muy buenas. Despues y casi al mismo nivel de las croquetas una burrata con verduras de temporada que debes seguro probar!! Repetiré!
La comida está riquísima, me he quedado con ganas de probar más cosas de la carta. El personal es amable y muy agradable. Y el local es bonito. Acceso para sillas de ruedas: No hay escalera. A pie de calle.
Hemos acabado allí de casualidad como la última vez y no defrauda, las cantidades para compartir, esos choricines se deshacen en la boca. El burrito de pato... Cuanto pesa? Medio kilo? Riquísimo...y la atención mejor imposible!! Gracias!!Comida: 5/5
Trato muy agradable con muy buen ambiente. La comida muy estaba buena. Nos quedamos con ganas de probar otros platos, así que seguro que repetimos.
Todo excelente.comida muy buena .cecina y choricillos a la sidra buenísimos .Atención perfecta muy amables y te explican todos los platos detalladamente. Recomendable .
Unos de los mejores restaurante de la zona: comida y servicio excelente. Platos del día y opción para vegano. Todo estaba super rico.Comida: 5/5
La comida está deliciosa pidas lo que pidas y el trato es fantástico. El local tiene casi tanto carácter como la propietarias... A cual más peculiar. Además no es una carta fija, siempre hay platos de temporada y cocina de mercado.
Bar bonito pero las camareras de lo más rancio y amargado que hay por la zona. Una pena, porque si no fuera así ganaría mucho más el sitio y darían ganas de volver. Update: He ido dos veces a las Fernández con la Ravalada. En la primera ocasión, una camarera nos trató con desdén diciendo que molestábamos y que dejáramos espacio, cuando estábamos sentados cada uno en su silla y mesa correspondiente, y evidentemente, consumiendo. En la segunda ocasión, no llegamos a sentarnos porque el bar estaba lleno. Las camareras parecían molestas de nuevo con el espacio. Evidentemente, aunque no estuviéramos nada cómodos de pie en la puerta, ni para poder ver el espectáculo que también habíamos pagado, nos quedamos en un rincón y consumiendo de nuevo y sin quejarnos. Vermut a 3,50, pincho de tortilla frío por 6,50, precios altos y a malas caras todo el rato con nosotros. Eso sí, a la hora de pagar ya estaban todas sonrientes. Eso no es cuidar al cliente, ya sea de Ravalada o en un día normal. Y son dos veces que ha ocurrido ya.
Comida de procedencias diversas. Platos sabrosos y de fuertes sabores. Ambiente muy bullicioso y festivo en las cenas de fin de semana.Comida: 4/5