Los Yugos

Un japonés muy especial en Madrid. La ambientacion a modo de taberna japonesa es genial. La comida y el menú clásico son todo un viaje a la fusión de la comida japonesa con la española. En nuestro caso lo hemos acompañado de un maridaje de vinos y la verdad que no podríamos haber acertado más. El precio es elevado, pero ma experiencia bien vale la pena. Volveremos seguro.

La pureza nipona que busca la excelencia podemos encontrar en este restaurante de Alta gastronomía japonesa, situado en Madrid, y que ha sido galardonado con una Estrella Michelin. Sensaciones únicas en cada corte, en cada pescado, en cada bocado, con un producto de máxima calidad. Creo que es uno de los mejores que podemos encontrar en nuestro país. Sucesión de platos que nos adentra a través de los sentidos en el país del sol naciente. Algunas de sus creaciones son auténticas joyas gastronómicas. Elaboraciones entre la vanguardia y la tradición, sencillas y a la vez muy elegantes. Todas las elaboraciones fantásticas, algunas autenticas locuras como el Negitoro con caviar, ikura y la yema de huevo, o el Gunkan de tuétano con Wagyu, o el Black Cod Misoyaki. Todo ello en un gran y fantástico ambiente, que te recuerda, en una de las zonas a una taberna Izakaya, o a un búnker japonés de la II guerra mundial en otra de sus zonas.

Probamos el menú Roots. Muy buena calidad del pescado. El orden de los platos bien trabajado, como siempre en estos sitios, saben finalizar en lo más alto. Se va un poco de precio teniendo en cuenta que de momento mantiene una estrella Michelín. La carta de vinos blancos y la lista de Sakes es muy interesante. La torrija de postre espectacular. Calidad si, buena atención si, pero el precio es elevado en general.

Sitio muy recomendable si eres amante de la comida japonesa. Materia prima excelente, con platos que sorprenden. Disponen de dos menús degustación: "Roots" 135€ y "Naked" 175€ por 3 platos más creo q no merece la pena la diferencia de precio. El local pequeño, con mucho encanto, aunque en estos tiempos se echa de menos algo de ventilación...A resaltar la vajilla, cambiando en cada plato y con diseños muy modernos y diferentes. Personal muy amable y muy detallada la explicación de cada plato.

Por suerte hace unos años que Yugo - The Bunker dejó de ser un club secreto y se encuentra abierto al público. La mejor hamburguesa que he probado en toda mi vida, ¡sí, en un japonés! Personal amable, formado y entregado para que disfrutes la experiencia de la manera más completa. Cervezas japonesas premium y una comida elaborada y deliciosa con productos de primera calidad. Si acaso, por criticar algo te puedes quedar con un poco de hambre, pero aún así es toda una experiencia para los sentidos.

Pues una decepción para ser una estrella michellin. He estado en otros japoneses que le soplan la nuca a mitad de precio, que si que la lubina no está pescada en las canarias pero los cortes y todo es igual. No volveré eso seguro. De todos los platos solo me sorprendió uno el resto eran neutros. Que si la calidad de la materia prima exquisita, platos preciosos decoración todo en madera pero esto no justifica el precio. Lo que si la atención de los camareros absolutamente sobresaliente. En cuanto a relación calidad pereció no ha superado mis expectativas y lo dicho no volveré ni lo recomendare.

Atención increíble y producto de doce. El menú Clásicos del Bunker es una brutalidad de sabor y texturas y el trato de personal para enmarcar. Gracias!

Decepción. Es un ambiente moderno, original y muy acogedor. La atención es amable y correcta, aunque con cierta precipitación a la hora de presentar los platos. Nos decidimos por el menú Naked, es el menú más largo y más caro —175€ por comensal—, y naturalmente esperabamos los platos con ilusión y al mismo tiempo con unas elevadas expectativas. El ansiado placer no llegó del todo y una amarga decepción se plantó sólidamente al final de la cena. Cuando pagas por un menú degustación en un restaurante que ostenta una estrella Michelín, buscas una experiencia que te cautive, que te haga flipar, no una sucesión de niguiris, makis, gyozas y tartars bien presentados, con productos de calidad, pero que bien podrían ser parte de la carta de un buen restaurante japonés, de esos que ya abundan en Madrid y Barcelona. En absoluto fue una experiencia singular que justifique los 175 euros por persona; no es un timo, sí una decepción.

Pedimos el menu clásico y de los 14 pases solo nos disgusto uno. El resto muy muy ricos. De segundo nos pedimos la burguer grande y es de las mejores burguer que comí. Riquísima. El postre correcto. El local muy chulo y los camareros muy atentos. Por lo único que no le pongo 5 estrellas es por que pedimos un café y al llegar la cuenta alucinamos con que costo 5€!!! Ni el la plaza Mayor..... ni unas pastas nos pusieron. Y que el precio por hacer la miniburguer grande sea +16€ entiendo que es una burguer especial pero me parece excesivo.

Toda una experiencia culinaria, tomamos el menú de 17 platos, que no se hizo nada pesado y me pareció muy equilibrado y cada plato un disfrute único. Se sale del japonés típico pues tienes sólo dos menús para elegir, no hay carta como tal, la experiencia es dejarte llevar y disfrutar. Su materia prima es excepcional y el trato al producto muy respetuoso y con mucho sentido. No es un restaurante para repetir mucho, es caro, pero desde luego es parada obligatoria para todos los amantes del mundo japonés.