Matilda

Sitio ecléctico con un ambiente muy único; un rincón estupendo en el Barrio de las Letras. Sirven desayunos, comidas tienen un menú a 18 euros y también venden ropa, vajilla y otros enseres. Van muchos guiris y también mucho cliente habitual del barrio. La pantxineta de chocolate y pistacho estaba deliciosa, y nos atendieron genial; a destacar la amabilidad y el trabajo incansable de quien atiende. Se disfruta mucho si no hay demasiada gente de pie esperando, porque el sitio es pequeño y puede resultar en esos momentos un poco agobiante. Ha estado muy bien!

El problema empieza a la hora de definirlo, no es un restaurante clásico, no es una tienda vintage, no es un punto de encuentro generalizado, qué es? Todo esto y más, un lugar excelente para desayunar y comer al medio día, te sentirás cómodo, relajado y degustarás unos desayunos excelentes, no te pierdas su sándwich de jamón York y queso cheddar, la comida casera, sin alardes de diseño, pero excelente. Si a todos estos ingredientes le añades el buen hacer, empatía y conversación de Alex y Fernando espero no equivocarme, soy muy malo con los nombres, tienes el cóctel perfecto. Los precios muy razonables, y no dejéis de ir aunque estéis lejos del barrio de las Letras y sobre todo, reservar mesa para comer o no podréis degustar sus riquísimos platos.

Lugar súper acogedor y muy bonito, te sientes como en casa. Tortilla de huevos caseros, muy rica. Mini brioche de jamón y queso exquisito. Croissant casero súper bueno 100% recomendable, una pena que lo descubriremos el último día..

Un sitio muy curioso, medio bar, medio restaurante, medio cafetería y medio tienda. Bueno, un cuarto de cada. Decoración curiosa y trato amable. Quizás un poco caro 3'5 la infusión pero puede ser por la zona

Experiencia muy agradable. Comida de calidad, diferente. Ambiente vintage, cuco. Pica un poco de precio, pero vale la penaComida: 5/5

Atención excelente. El lugar es acogedor y pequeño. Llegada cierta hora ya no hay mesas y tienes espera. Todo muy rico. El único punto en contra es que no disponen de pan integral.

Una grata sorpresa. Tuve la suerte de encontrar esta cafetería tan bonita cerca de mi hotel donde no solo la comida es excelente sino también el trato! Repetiría mil veces!

Sin duda, mi café de referencia en Madrid. Para sentirse como en casa. Enésima visita, por primera vez a desayunar con unos amigos, las distintas tartas y la coca valenciana deliciosas, los salados, una tosta de queso con aguacate, un sándwich en pan de brioche y la clásica tortilla estupendos. Todo tan rico que olvidamos hacer fotos ; Tercera visita: no pudimos reservar y estaba lleno, aún así hicieron lo imposible por atendernos, al final pudimos comer allí. Cómo siempre la comida casera y muy buena. Probé por primera vez el hinojo al horno. Definitivamente, Matilda pasa a mi ranking de favoritos en Madrid. Primera vez: Al entrar me pregunté, ¿Es una cafetería?¿Es un restaurante? Pues a riesgo de que los dueños no estén de acuerdo, me gusta pensar que es una cafetería donfe dan muy bien de comer. Y esto es bueno, porque tiene ese ambiente cercano y acogedor de las pequeñas cafeterías del centro de las grandes ciudades y un menú casero, muy rico, tratado con mimo. Pedí una tortilla con huevos camperos y AOVE y lacón a la gallega. La nota 15€. Los dueños muy amables y profesionales, es un gusto sentirse bien atendido y charlar unos minutos con ellos de cualquier tema.

Un lugar muy Cuqui el cual no te puedes perder, la comida muy sabrosa y rica, el personal genial eran 2 hosteleros que hacían muy buen equipo, profesionales y muy agradables con sentido de humor en todo momento. Volveremos a repetir cuando volvamos a Madrid.

Un delicioso descubrimiento tanto por su comida como por el trato de los que lo llevan. Salir de la zona de museos y encontrar este pequeño restaurante fue una gran suerte. Un menú de tres primeros y tres segundos a combinar como quieras, tres postres caseros y un café delicioso nos han hecho disfrutar de una estupenda comida en un ambiente acogedor sin empalagar. Para repetir y para recomendar. Nosotros tuvimos la suerte de ir sin reservar pero yo recomendaría reservar previamente porque el local es pequeño. La relación calidad-precio inmejorable. Fuimos tres personas y pedimos cosas distintas y todas riquísimas... La tortilla de patata...de pecado mortal, y el café también buenísimo.