Reseñas
Es un buen restaurante en una zona magnífica de Madrid, en Cibeles. Tienen una carta bastante dispar, interesante y en general buena, pero es cierto que el precio de los platos en relación de calidad es bastante alto, no digo que estén malos, pero no valen lo que se paga por ellos. Él local es muy bueno, con una magnífica terraza no estuvimos en ella porque estábamos en plena ola de calor y el interior es muy bonito . No pongo 5 estrellas por la relación calidad-precio.
Restaurante en los bajos del Palacio de Linares. Tiene varios salones y una gran terraza. Todo muy bonito. Dentro buen ambiente, quizás las mesas un poco apiñadas pero bien. Lo más destacado el techo. La comida bastante bien, estaba rica y muy bien presentada, las raciones no muy grandes pero normales. Nos gustó mucho el pollo asiático y el postre de huesitos. El servicio muy rápido. Por el precio me esperaba un poco más pero sin duda es muy recomendable
Raimunda es un sitio que no te va a decepcionar, ya sea por la comida, por el ambiente o por el buen trato de su personal. Fuimos. Celebrar el cumpleaños de mi pareja y habíamos pedido mesa en la terraza pero por el frío pedimos que nos cambiaran al interior y no hubo ningún problema. El ambiente y la decoración del local es ESPECTACULAR, me fascinó. La música estaba al volumen perfecto para escucharla y poder mantener una conversación sin tener que levantar la voz. La comida nos gustó mucho y tienen una buena cantidad, por lo que la relación calidad-precio está muy bien. El único punto malo quizás fue, que el plato de solomillo con salsa de soja estaba demasiado salado, quizás era por la soja pero creo que eso se puede mejorar. El personal en todo momento fue muy agradable y atento, siempre pendiente de que no nos faltara nada y dispuestos en todo momento a ofrecernos su ayuda. Tuvieron un detalle muy bonito, de ponerle una vela en el postre de mi chico. Fue una noche perfecta!
Fuimos a la hora de la comida. Los platos que probamos estaban bien preparados, y hay variedad para elegir. Precio medio-alto, unos 80€, dos personas, con un plato para compartir, un principal cada uno, botella de vino, postre y los 2€ por persona de servicio que incluye pan y aperitivo. Al no estar muy lleno el local, el servicio fue rápido. Estuvimos en salón interior, que está muy bien decorado, aunque la joya es comer en el jardín.
Estuvimos en el interior la terraza es sensacional, el servicio muy bueno, el ambiente estupendo, mesas amplias, las sillas algo bajas. Los platos que pedimos todos muy buenos, a destacar las costillas de res no las había comido nunca tan buenas, la tarta de queso insuperable, en general todo de muy buena calidad, depende de gustos.
Fuimos a comer un grupo de amigas y nos sorprendió: habíamos visto la terraza, pero el interior es fabuloso, muy íntimo y acogedor. El personal es muy atento y amable. Los platos no son muy grandes, pero están buenísimos, mezclan lo tradicional con toques modernos. Nosotras eramos 5 y pedimos 6 platos y un postretodo a compartir. Repetiremos.
Sin duda un restaurante con mucha variedad. Posee una espectacular terraza o amplio jardín, en la que poder disfrutar de su comida y cócteles. La comida esta muy rica, con platos principales con una buena presentación, muy bien cocinados y sabrosos. El servicio ha sido muy profesional, en cuanto al ambiente y ubicación no podría ser mejor. Lo recomendare siempre.
Un buen lugar para cualquier cosa. Está pegado a la Cibeles. Tiene un salón grande con zonas de reservados y un espectacular jardín/terraza. El servicio muy correcto y la comida muy rica. Tanto entrantes como principales bien cocinados y sabrosos. Diría que es un sitio tanto para una cena romántica para una quedado con amigos o una cena de empresa. Me gustó el guacamole tradicional así como los dados de pollo.
Restaurante con un ambiente relajado, elegante y de un cuidado diseño. Extensa carta, un poco caótica, pero que invita a pedir sin miedo y a ser posible, a compartir platos, ya que no pone orden entre aperitivos, primeros y segundos. Disponen de agua en jarra gratuita, la tienes que pedir, no la ofrecen. A destacar las croquetas de chuletón y la hamburguesa… si pides croquetas de 1 solo sabor, hay un suplemento que no viene en carta, ni te avisan no obstante, son de las mejores de Madrid. La tarta de queso… increíble. El personal muy atento y amable. Sitio para repetir sin duda, local histórico y lleno de sorpresas, recomiendo leer sobre la historia del palacio de Linares, y sobre la Raimunda real, antes de ir.
Me ha sorprendido para bien, conocía que el espacio era bonito, pero en Madrid se peca mucho de descuidar el resto de aspectos cuando el lugar es bonito y está de moda. Agradezco el buen trato y la buena comida, pasamos una noche genial. Sin duda recomiendo el salmorejo con helado de queso de cabra, impresionante.