Salamanca

Pongo 2 estrellas aunque el arroz caldoso está muy bueno. Nuestra decepción fue que nos sirvieron jamón malo en lugar de jamón ibérico plato de 22€. Al reclamarlo, nos lo cambiaron rápidamente y sin cruzar palabra alguna, lo que nos da a entender que nos tomaron por turistas que no sabemos distinguir entre un jamón ibérico y uno de “sobre” Insisto que es una lástima porque el arroz es bueno y la ubicación del restaurante excepcional, con una terraza muy grande

Un poco decepcionados con este restaurante, nunca habíamos estado, los platos son abundantes pero no son nada del otro mundo, la ensalada buena sin más, el pulpo está bueno, pero las patatas no valían mucho y los mejillones a la marinera igual, a verlos pensamos que tenían pintaza, pero después la salsa no valía mucho... Sirven todo rápido, más que por dar buen servicio, porque acabes pronto de comer y que pase el siguiente. Comentar también que nos trajeron pan con tomate, estaba bueno y nos lo comimos, sin pedirlo trajeron un segundo plato a la mesa que no tocamos y nos cobraron. El sitio no está mal, pero por el precio hay sitios bastante mejores donde ir.

Local con terraza amplia y estancia agradable. Más bien enfocada al marisco y paellas, raciones abundantes acorde con el precio y muy buena calidad de comida. Agradecer a Junaid el camarero que nos aconsejo muy bien en la elección de los platos y tubo mucha simpatía y atención durante toda la noche. En general todo de 10. Volveremos sin dudarlo. Precio 2 Pax

Un restaurante con mucho nombre y con menú diario de 18€ de platos completos. El arroz nos lo sirvieron frio. Tienen un detalle con la tarta De Santiago y un chupito, también con el aperitivo. El servicio rápido y atento. El espacio muy justo.

Hemos ido a cenar, y la verdad que principio no me agrado el trato, creo que a veces juzgar por la vestimenta no es bueno. Después nos agrado estar y la comida muy bien. Nos recomendaron los calamares frescos y fuimos especialmente por la paella. Nos pusieron pan sin pedirlo, para cobrarlo, eso no lo veo correcto. Pero lo demás muy bien

Buen sitio para ir a comer. El camarero fue muy majo y amable. Las cantidades de las paellas eran generosas. De precio es normal para estar al lado de la playa. Tienen una terraza amplia que se está bien.

Nos fuimos al menú de medio día, la comida muy justa, al estar todas las mesas ocupadas y gente esperando te apresuran para liberar un espacio, la atención deja mucho que desear, ha perdido la magia que tenía antes este restaurante, aparenta haber cambiado de administración y lo más importante de chef, volveremos a por los platos de carta, esperemos que la opinión cambie

Muy malo y caro. Todo el pescado es congelado y de muy mala calidad. Pedimos calamares a la romana y no tenían sabor. Las bravas malísimas, congeladas algunas todavía estaban frías y casi no llevaban salsa. La paella de marisco insípida y el marisco no tenía ningún sabor. De postre sirven unas tartas de santiago sin preguntar, parece que sean de cortesía pero NO, las cobran al final. El camarero no hablaba español ni inglés, imposible entenderse con él.

En la Barceloneta... Bullicio, brisa marina y alegría. Unos platos de cocina mediterránea muy bien hechos con un servicio de mesa amabilísimo, cercano y rápido.Comida: 5/5

Normalmente solo puntúo cuando un sitio me genera una sensación de 5 estrellas en conjunto. Sin necesidad de sofisticación ni de que todo esté correcto. Pongo estas 3 estrellas porque este restaurante ya no es el que iba con mis padres de pequeño y me da pena. Creo que la dirección debería tomar una decisión de en qué quiere convertirse: ahora mismo es un restaurante caro con cosas de calidad en pocas cosas y mucho que mejorar o recuperar en muchas otras. Poco a poco se está transformando en un sitio de turista de baja calidad ruidoso y maleducado. Quizás esta decisión ya la han tomado y entonces se ha seleccionado el modelo de turismo de baja calidad que todo el mundo dice que no quiere pero que la restauración dificilmente abandona cuando cada día ve que hay gente que paga 20€ por una sangria a precio de botella de vino. Vayamos a la atención: los camareros están estresados y concentrados en la rotación de mesas para que nunca haya una mesa vacía, cosa que entiendo como en cualquier negocio, pero que no debería ser palpable para el cliente. Vayamos a la comida: aquí me he encontrado con unos calamares a la andaluza nada del otro mundo, rebozado básico y calamar poco tierno. Unas navajas caras pequeñas y duras si pones navajas ponlas en condiciones. Por otro lado también sigue habiendo cosas buenas: el pulpo estupendo tierno y abundante. Y las almejas a la plancha grandiosas y sabrosas. El tema de las navajas se lo dijimos al camarero, pero como decía están centrados en la baja calidad y atención, pues el pobre hombre que casi ni hablaba español, hizo cara de poker y se marchó sin dar explicación en plan: que quieres que te diga… la culpa es tuya por venir aquí. No pedimos postre, pero nos trajeron 4 trocitos de tarta que no estaban mal de cortesía. El total de la broma: 82€ para dos personas y pidiendo solo agua por cierto botellas de 1,5L de plástico aquarel, jajajaja. Por favor, dueñ@s del negocio, replanteen este mítico sitio de Barcelona, mejoren la calidad de algunos platos y replanteen la atención al cliente que los camareros no son malos, pero el problema es que van estresados y orientados al turista de mala calidad o al “rico cutre”