Reseñas
Muy buena experiencia. Fuimos un viernes a comer, nos sorprendió la tranquilidad del local. Es un local amplio con distancia entre mesas. Por otro lado muy buena comida y camareros encantadores. Lo que más nos gustaron fueron los postres justo de lo que ni hay foto: tarta de queso y helado casero de dulce de leche.
Cena para dos personas ~56€. Pedimos varios platos para compartir y un par de copas de vino. Todos los platos muy buenos y con precios razonables. El vino algo subido en comparación. Valoro mucho que sirvan agua fresca sin pedirlo y obviamente sin ningún cargo. Lo recomiendo sin duda y creo que repetiré en el futuro.
Es uno de los mejores restaurantes que he conocido. El lugar es pequeño, sencillo pero muy agradable y acogedor. La cocina excelente, cocina fresca, bien cocinada, con muy buen gusto. Los postres sorprendentemente deliciosos. El trato magnífico, los vinos también muy acertados. La relación calidad precio muy buena. Conseguir mesa no es fácil, conviene reservar con bastante antelación. Y exigen puntualidad con la hora reservada.
Un excelente restaurante para una zona en la que no me suelo mover. Ambiente informal, servicio atento, con una carta corta pero rica y variada. La comida cuidada y con mucho cariño. Buenos postres. Bodega que cumple.Comida: 5/5
Estuvimos cenando una noche de viernes en el restaurante 2 personas. El restaurante estaba lleno pero el ambiente era muy tranquilo y agradable. La decoración es de estilo vintage, con muebles, platos y demás objetos decorativos recuperados dándoles una segunda vida. La atención fue estupenda, muy amables y atentos en todo momento. La comida estaba deliciosa y el servicio fue rápido. De primero pedimos una milanesa, estaba exquisita, sobre todo la salsa de tomate. De segundo tomamos lubina con verduras y una burrata con fresones y pistachos, todo buenísimo y bien presentado. Por último, tarta de queso con arándanos que se deshacía, como a mí me gusta y crema de queso mascarpone con fresas. Todo sublime. Sin duda alguna, volveremos. Es una joya situada en una calle en la que no hay demasiados comercios.
Aunque es recomendable reservar, a nosotros nos encontraron mesa rápidamente. La decoración es excelente y acogedora, y el trato por la camarera fue igual de agradable. La carta es variada y todos los platos que probamos nos encantaron. Sabor casero y se nota. Por último, pedimos una pie de limón que estaba increíble, no dejamos ni una miga. ¡Recomendadísimo, repetiremos sin falta!
Una maravilla de restaurante. Tenía muchas ganas de repetir y la verdad es que me volvió a conquistar a mi y a mi acompañante. La reserva fue de último momento y tuvimos la suerte de tener mesa aquel día. El servicio muy bueno, gran profesionalidad y amabilidad. Tuvimos un problema con el vino y nos lo cambiaron sin ningún problema. La comida muy rica, nos gustó todo mucho, el dúo de empanadillas y el vacío de ternera. Pero destacaría los postres, sobre todo el de limón,estaba delicioso. El local es muy bonito y agradable. Sin duda volveremos.
Local acogedor muy bien decorado, con buena comida las empanadas están de muerte, no me dio tiempo ni a echarles foto y el personal muy atento. No tenían los postres que pedimos y nos invitaron a un chupito. Volveremos, sin duda.
Local muy acogedor y personal muy amable. Las empanadillas muy sabrosas, el vacio de carne Argentina muy tierno asi como el tataki de atún. De postre, seguimos las recomendaciones y tomamos una tarta de queso especialmente buena.
El lugar es acogedor y la atención está muy bien, pero esperaba más de los platos. El tataki fue flojo y el tabule de quinoa estuvo desabrido. La burrata no estuvo mal. Aunque el vino rosado que nos recomendaron fue lo mejor.